Fogata

abril 26, 2010 at 9:02 pm (Uncategorized)

Es tiempo de partir, cambiar cosas, decir adiós. La mangosta hace un cambio de residencia, se muda. Corta el cordón umbilical y busca crecer un poco más independiente de todo aquello que la mantuvo caliente. Quiere su propio calor. Ahora se despide, pero no para siempre, dice hasta pronto y te espera en su nueva casa.

Aquí la dirección:

www.mongoosewings.blogspot.com

Gracias por entrar. Gracias por leer.

I

Luz

Fugaz refuerzo de soles. Principio del final anticipado, final del pasado en cuchara. Carne de suvenir alejado.

II

Fuego

Comienzo de caótica introspección. Fin de semana musical, sapos de ruina y sueño. Luz matinal.

III

Incendio

Canción de cuna. Noche de delirios, noche de cuerpos y sexo, noche de sexo y beso.

IV

Calor

Independencia de páginas, contundencia de lágrimas. Principio del final, final del pasado. Sonrisa y mueca del futuro.

V

Cuerpo

Incendio de palabras. Incomprensión, intención. Intención y fuego. Incendio sin sentido aparente.

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mangOsta

febrero 19, 2010 at 6:02 am (Uncategorized)

Recorres el desierto a paso lento. Cada movimiento de tus pies sobre la arena es flama que quema el alma y descompone un poco el dolor. No necesitas de una cuarentena de exilio, ni una veintena de ayuno. No buscas santos, ni realizas penitencias. De nada te has arrepentido, de nada te has quejado y no lo haces en este momento de vano egoísmo que te obliga a ser tú y nadie más. Has descubierto que la soledad es un elemento intrínseco de la magia. De la magia de ser y hacer. De hacer y deshacer.

Ayer caminabas sin rumbo, te adentrabas en la nada, en el espacio vacío. En las montañas de arena que sólo se rompen en el horizonte. No sabías qué buscar, indefinidamente avanzabas, seguías, relucías bajo la luz del sol. Habías caminado unas horas cuando una tormenta de arena te arrastró, te alejó de ese objetivo aún inexistente. De pronto descubriste que con ella se quedaron enterrados muchos de tus miedos, de tus dudas, gran parte de lo que deseabas desechar. A veces el sepulturero de nuestras debilidades es uno mismo, basta materializar el momento perfecto para la tormenta, lo que la arena no tape puedes recogerlo, lo demás nunca existió.

Eso fue ayer, eso fue pasado, recuerdo, mirada, un poco de alucinación. Hoy percibes cómo lentamente el cielo se despeja, se abre, el humo de polvo suave desaparece. Tu visión se aclara. Te tomas tu tiempo para ubicar el sur, para ir al mar, al azul turquesa rodeado del blanco poroso de las rocas mordisqueadas por la sal. Tu brújula apunta y tú avanzas en sentido contrario.

Dos días, larga caminata hasta llegar a ese lugar olvidado  medio del mundo, en medio del espacio y la locura. Aquí sólo pretendes una cosa; disfrutar del eterno beso de las olas cristalinas y la arena que se humedece al absorber la embestida crucial del mar; del agua, del amante furioso y acariciante; del colmillo de una pasión difuminada bajo los rayos del sol.

Sin embargo, inesperadamente algo llama tu atención. Ves que se arrastra entre la arena del desierto, se desliza lentamente. Surca el suelo con su cuerpo estilizado, con su ligereza elegante y amenazante. Rompe cada grano bajo su piel escamosa. Finge no percibirte, finge no saber que estás aquí. Eso te atrae, te llama. Te enloquece.

Al llegar a las rocas se detiene, se levanta sobre sí misma, abre su piel; te grita con sus movimientos todo lo que deseabas escuchar. Tu estómago vacío reacciona, te recuerda que tu contacto con los demás ha sido inexistente. Te agazapas, la observas desde la distancia, sientes bajo tus garras cómo la arena reacciona. Ella se prepara, sabe lo que estás pensando, sabe que la quieres. Tú sabes que no hay nada más que importe. Ni las olas en su quejido eterno, ni el sol en su lenta agonía. Nada. El cielo se pierde, tus ojos se cristalizan. Te apoyas en ti  mismo, en nadie más. Saltas como aprendiste en tu soledad. Tus colmillos lo disfrutan, tu piel se eriza; orgasmo de la demencia. Cuidas no morder su cabeza, sabes que en ella radica la belleza del peligro. Así que la tomas, la observas, la arrancas. El banquete está servido.

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Sé que me acusan de soberbia

febrero 5, 2010 at 5:19 am (Uncategorized)

Algunas canciones se quedan en tu memoria por tanto tiempo que cuando las escuchas de nuevo te remontan a mil momentos distintos que terminas sin saber a cuál pertenecen realmente. Otras llegan y de la misma forma repentina que entraron a tu campo auditivo desaparecen. Al final, habrá algunas que se queden contigo por el resto de los días. No sé exactamente en que punto entra cada una de estas recomendaciones, lo que sí sé es que son canciones que me gustan mucho y que al final serán parte de mi acervo musical, y más que eso, de mi detonante emocional de la vida. junto a ellas dejo un fragmento de un texto clave en mi vida: «La casa de Asterión» de Jorge Luís Borges.

Un saludo a todos y que las disfruten.

Si te vas/ Mario Domm/ Mexi Funky

Mi principio/ Julieta Venegas/ Quemar las naves OST

Girl You´ll be a woman soon/ Urge Overkill/ Pulp fiction Ost

Yo soy quien/ Chambao Ft Camila

«…Claro que no me faltan distacciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suel, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos…»

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Ave

enero 23, 2010 at 3:38 pm (Uncategorized)

Era un asunto de introspección y melancolía. Una combinación de factores implícitos e incontrolables, factores de un juego impensado, de un recuerdo no superado, de una mirada más que profunda, una infancia desteñida de patrones y residuos de un pasado que cabeceaba buscando no perecer en el sueño.

Imagina que volamos, ¿te parece?, nos elevamos en tres movimientos lentos, tres movimientos alocados que nos llevan a la cima de mundo. Volamos sobre una cascada que se fragmenta y se destroza a sí misma en la caída. Pero tú y yo seguimos elevándonos. Vemos desde lo alto un sol marchito, enmedio de una tierra que se moldea en montañas y caminos sinuosos, que se rompe y se deshace, se muere sin razones.

Es una tierra de árboles y veredas pequeñitas, dirían sus habitantes, una tierra de imperfecciones, como la cara humana, como las manos o los pies, como yo, como tú, como nosotros. Una tierra cálida a pesar de su olvido. La vemos, es hermosa a la distancia, pero sabemos que es de esos deseos complicadísimos. De pronto, una nube se posa frente a nosotros, no sobre nosotros, sino enfrente, y deja caer fuertemente la tormenta de luces y fuegos artificiales. Aquella tierra se ilumina con la llegada de la noche y la tormenta , nosotros seguimos aquí, viéndola mojarse, viéndola carese, viéndola dejarse amar por las nubes, por el tiempo, por la fuerza del ser, del estar.

Pero seguimos elevandonos, como espíritu de aire que flota y no regresa, desaparece, se esfuma. ¿Resover las dudas del pasado ? ¿ generaremos las dudas del presente?, las del futuro, las de siempre, las mías, las tuyas. Las que nos tienen aquí, las que nos hacen existir como almas de pasiones, de recuerdos, historias fragnemtadas de seres que existieron, de nosotros que existimos.

Hoy nos mantenemos en lo alto sin pensar si habrá caída, si dolerá.  No importa, porque en la caída habré obtenido este momento frente a la tierra, frente al infinito y junto a ti, que aceptas volar por las noches conmigo y me permites dormirme en tus brazos, brazos que también son de noche, de atardecer, de privacidad, de celos que me pertenecen, de nubes que observaremos juntos mañana y que se quedarán para siempre en mi memoria, al igual que este momento en lo alto del paraíso.

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The Orange Tree

diciembre 22, 2009 at 5:45 am (Uncategorized)

No habían pasado los años y la pintura se volvió roca y fuego. Calentaba el sonido de las aves y el naranjo se mecía con el viento tan lentamente que parecía una ilusión recibida en porciones específicas y detalladas. En el amanecer se encontraron para no olvidar la forma en que el amor les recordaba la existencia.

Sin despedidas abrieron la puerta, sin olvido colocaron el cerrojo, sin miedo escaparon, sin lágrima perdieron la ropa y dejaron a flote su desnudez. Todo en medio de la nada, de la sombra, de la búsqueda, de ha huída

Dentro de las primeras entradas de este blog los invité al estreno de un corto que en lo personal amo. Y lo digo por todo, por sus ganas de atreverse, por el trabajo que implicó y por que en su totalidad se resume en dedicación y esfuerzo. Hoy, después de cerca de 8 meses de aquella ocasión aquí las imagenes y su composición totalmente poética del ojo de una gran persona. En este día de sucesos importantes creo que es necesario compartirlo. Un abrazo y que lo disfruten.

El Naranjo/Omar Flores Sarabia/Críos Producciones/2009

Feliz encuentro, feliz partida, feliz reencuentro.

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De los juegos a las luciérnagas… La ciudad de los buhos.

diciembre 20, 2009 at 6:14 pm (Music at the mangoose)

I’d like to make myself believe
That planet Earth turns slowly
It’s hard to say that I’d rather stay
Awake when I’m asleep
‘Cause everything is never as it seems
When I fall asleep

Acababa de despertar y todo estaba en completo desorden. La luna se había difuminado sobre el cielo morado, era imposible retenerla para mí. Sobre el suelo se encontraban los juguetes de prácticas desconocidas, no sexuales, no artificiales, menos impuntuales, sólo juguetes de la infancia en ruedas de olvido y peluche de tiempo perdido. Una canción sonaba en ritmos electrónicos y fugaces despedidas. Fireflies de Owl City… Nada desdibujaba mi sonrisa acostado en la cama de mis viejos recuerdos y mis nuevas experiencias.

Aquí se las dejo. Desde la ciudad de los buhos.

Fireflies, del álbúm Ocean Eyes, performanced by Owl City

http://www.owlcitymusic.com/

Si quieren ver el video oficial den click aquí, porque no pude postearlo directo.

Feliz encuentro, feliz partida, feliz reencuentro.

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Segundo pensamiento de Él

diciembre 16, 2009 at 4:42 am (Uncategorized)

Me acomodo con una cantidad de placer en las olas y en las nubes que no sé a dónde me llevan. Me recuesto y me permito soñar aún más. Ya pasé las horas bajo la luz escarlata, bajo el rosa y el azul del escenario de miradas.  Soy pasado en espera de renacer, de vivir el sueño otra vez y dejarme caer. Soy momento en 6:45, que busca repetirse, aunque nadie lo entienda, aunque nadie lo sepa.

Fugaz en bosque. Fugaz para que no se entienda lo que digo. Eso es lo que pretendo este día, decirte lo que siento para que nadie más lo sepa. Santa ilusión de los árboles vistos desde abajo, de las hojas doras, los patos, el agua. Él para renacer, él para existir, él en la duela, en el telón, en las piernas, en el camerino. Frente a los espejos, detrás de ellos, para leer Nunit de la forma correcta.

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In Memmoriam…In Morte

diciembre 5, 2009 at 3:11 am (Uncategorized)

He is not here; but far away
The noise of life begins again,
And ghastly thro’ the drizzling rain
On the bald street breaks the blank day.

Alfred Lord Tennyson

Cuando llego tomas mi cara y me besas, aprietas tus labios y yo me dejo ir, me dejo llevar. Hueles a amanecer; pienso, hueles a grito y a canto. ¿A qué huele el canto?, ¿A qué huele el amanecer? Por la tarde vacías mi maleta de sucesos, me preguntas de la vida y te hablo de la muerte. Te sientas y tus pies desnudos se apoyan sobre el sofá, reducen nuestra plática a silencios, a miradas que penetran, a caricias que se encierran en la taza de café que llevas entre las manos. -Hace frío- y te abrazo con un poco de eternidad. -Hace frío- repites y no sé qué hacer. De pronto interrumpimos nuestro silencio para no decir nada, abrimos la boca al mismo tiempo y callamos, separamos los labios y por miedo no hablamos. Los cerramos lentamente otra vez. Otra vez.

Se hace de noche. En el balcón se posan tu  mirada y un cuervo, como el de Poe, como el de Neruda, Sabines, Tennyson. Un cuervo absurdo en medio de una ciudad catastrófica en la que no existen. En la que las únicas aves que baten los edificios son palomas. Palomas ingenuas, intrusas, intactas de dolor. Pero este cuervo te ve, se atraganta en tus pupilas y grazna. Leonora. Piensas, pensamos. Sonreímos pero no hacemos un solo movimiento, te sigo abrazando y parece que no me sientes, que no me tienes, tiemblas de frío. Leonora, pensamos de nuevo.

El cuervo se va, no dijo nada, no esperabas que te atosigara en esta noche que ahora te cubre más que mis brazos, más que mi existencia. Te suelto con orgullo, con coraje, con hastío de esa actitud tuya de los últimos días, te suelto y no dices nada. Te levantas y te vas. Te sigo a lo largo del pasillo, mis pies tocan el suelo detrás de tus huellas de desnudez. Be near me when I fade away, to point the term of human strife,dices en voz alta, recuerdas  aquel viejo poema que adorábamos, contesto para que me veas y llores de felicidad, como enamorados: –And on the low dark verge of life the twilight of eternal day.Espero tu reacción jubilosa después de tanto silencio, pero no me ves, no volteas, claro que lloras, claro que sufres y no sé porqué. Llegas al espejo y no entiendo tu mirada perdida, parece que me ves sin saber que estoy, porque tus ojos me perforan y no te entiendo, tu mirada me atraviesa y se posa en algún lugar que desconozco, un lugar que no soy yo. -¿Por qué?- preguntas, y no sé qué me cuestionas, -¿Por qué?- repites y resbalan tus lágrimas. Recapitulo en mi memoria y no encuentro en este baúl inútil de recuerdos la respuesta. Grito de desesperación y no te mueves. Me he perdido y no entiendo porqué no reaccionas. Trato de tocarte y te vas. Te alejas como flama de armoniosa desolación. La casa está sola y te has perdido, quererte desde el pasado me hace mal porque soy olvido. Me pusiste no sólo bajo tierra aquel día, también me enterraste en los recuerdos, y no un entierro de olvido, sino un entierro de triste corazón de fuego y prácticas desoladas. No hay nadie en tu vida, sólo el recuerdo de aquellos árboles que sembramos juntos y que algún día darán fruto.


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Para seducirte.

junio 28, 2009 at 2:24 am (Uncategorized)

 Para seducirte me hacen falta capullos, pétalos, cristales tallados en manos de anciano enamorado.

Para seducirte me hacen falta palabras de angustia, de miedo y frases de dolor. Me faltan juegos, risas y canciones escritas por mis ratos de ocio. Para seducirte me hace falta una ola impertinente, me hace falta un trozo de mar y una caricia que haga tambalear tus rodillas.

Para seducirte me hace falta un momento, un segundo, un roce de piel y labio. Me hace falta tu boca sabor a uva y miel.

Pero simplemente, sin pretensiones ni peticiones injustas. Aun sin mis capullos, pétalos y cristales,  sin mis palabras, mi miedo y mi dolor, sin los juegos, las risas y las canciones, sin las olas y el mar, sin la caricia, sin el momento, el segundo, la piel y el labio desesperado; para seducirte, me haces falta tú.

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De noche con él.

junio 26, 2009 at 4:22 am (Uncategorized)

La calle se encontraba vacía, tan vacía como una noche sin encuentros fugaces. Se podían observar las casas amontonadas en ambos lados, las casas cansadas del giro interminable del mundo. Casas de adobe, casas de madera, casas de viejos secretos y antiguas tempestades. Como todas las noches Él recargaba la cabeza en la ventana de su cuarto, observaba los faros tenues de las aceras y pensaba en aquellos ojos negros, con la mirada perdida, divagando en pensamientos impregnados de cortinas balancenadose al compás de la lluvia y cuerpos entrando a su habitación sin ninguna invitación. Aquella noche inesperada, extraña, intensa ya no lo dejaba dormir. No más. Nunca más.

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